El barrio de Jalatlaco es considerado como una de las localidades más antiguas de la ciudad de Oaxaca, nació en el año de 1486 como un asentamiento de soldados mexicas enviado por el rey Ahuizótl durante el dominio azteca. Antiguamente sus habitantes se dedicaban al curtido de pieles y talabartería, el lugar se encontraba delimitado naturalmente por el río del mismo nombre, que en 1972 fue entubado y sobre su cauce fue construida la actual Calzada de la República.
Hoy, Jalatlaco sigue siendo un barrio de gente trabajadora que, en medio de la modernidad, no olvida sus orígenes y ha logrado conservar su fisonomía tradicional, con viviendas (en su mayoría) de un solo nivel, balcones enrejados, techos de teja y frescos patios interiores con corredores, flores y fuentes. Sigue manteniendo su plácido ambiente de antaño, y en las calles se percibe aún esa atmósfera de la agradable tranquilidad de la provincia mexicana. Un lugar auténtico que combina arte, tradición, gastronomía y arquitectura, ubicado a unos minutos del centro de la ciudad de Oaxaca. Jalatlaco forma parte de la zona de monumentos históricos de la ciudad de Oaxaca, y su templo católico, dedicado a San Matías — construido a fines del siglo XVII y consagrado en 1700—, fue declarado monumento histórico en 1941. El templo es muy sencillo, consta de una sola nave orientada de sur a norte, sin crucero ni cúpula. El encanto de este templo reside en sus fachadas. En el lado izquierdo de la fachada frontal se alza una torre de campanario con curiosas pilastras esquineras, en las que artesanos indígenas interpretaron libremente los motivos vegetales de los capiteles corintios. A lo largo de la calzada de la República, que delimita al poniente el barrio, existen 17 plazoletas nombradas en homenaje a los personajes históricos de la época de la Reforma cuyas estatuas fueron erigidas en las plazoletas. El barrio posee una atmósfera de tiempos pasados, sigue guardando su encanto por las calles empedradas y con faroles en muchas casas de adobe o de cantera bordeadas de fachadas coloridas.
En el territorio de este barrio se encuentra el panteón San Miguel, mejor conocido como panteón general, uno de los más antiguos de la ciudad, se recomienda visitarlo durante el Día de Muertos debido a que en esas fechas se vive una mezcla de tradición, culto, fiesta y magia el espacio es adornado con más de 2 mil 400 veladoras, también ahí se realiza el concurso de Altares de Muertos, en estos días las calles se llenan de gente que se une a esta celebración. Este barrio es uno de los preferidos de quienes buscan expresiones artísticas y culturales como la música, la pintura, el cine o las artesanías, además de ser una zona con una sobresaliente oferta gastronómica donde la tradicional riqueza culinaria de Oaxaca convive con las nuevas propuestas, y también establecimientos que ofrecen menús de corte nacional e internacional. Particularmente, las manifestaciones culturales y tradicionales atraen año con año a los turistas, destacando el mes de noviembre con la “Comparsa de Muertos”, los concursos de altares tanto en casas y negocios del barrio como en el panteón San Miguel, mejor conocido como panteón general. Durante la celebración del Día de Muertos este barrio se distingue por las numerosas y diversas actividades en las que los visitantes pueden participar activamente.